Massa dijo que terminó una etapa política y pidió la renovación generacional de UXP
En el búnker electoral de Unión por la Patria hubo desazón. Kicillof, unos pocos gobernadores e intendentes quedan como sobrevivientes políticos en un escenario complejo para su futuro
Analía Argento aargento@cronista.com
2023-11-20T08:00:00.0000000Z
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El Cronista

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Elecciones 2023
Sólo los aplausos con los que le daban ánimo a Sergio Massa lograron tapar los gritos de un militante enojado con la promesa de respeto y diálogo del candidato derrotado. Volvió a gritar, una mujer se acercó, le habló y lo abrazó. El hombre lloró desconsolado pero volvió a alzar su vozarrón. Varios militantes lo rodearon, lo abrazaron y como no se tranquilizó lo sacaron fuera del Complejo Art Media C. Massa demostró respeto por Javier Mieli, el opositor que lo venció. Contó que lo llamó y que lo felicitó y ofreció garantías de convivencia, “el mejor camino que podemos recorrer”. También dijo que habló con el presidente Alberto Fernández. Corrido de la campaña y la gestión tendrá que hacerse cargo de la transición. Massa aguantó la pena. Y subió al escenario con unos pocos aliados y su círculo más íntimo: Malena Galmarini, su mujer; Cecilia Moreau, presidenta de la Cámara de Diputados; su cuñado Sebastián Galmarini y el intendente de San Fernando, Juan Andreotti. Máximo Kirchner y Eduardo “Wado” de Pedro no lo dejaron sólo aunque en octubre fueron electos diputado y senador nacional. También subió Juan Manuel Olmos y el jefe de la CGT Héctor Daer. El gobernador Axel Kicillof no pudo cumplir la promesa de empujar desde Buenos Aires. Fue, quizás, el resultado más sorprendente. El batacazo de Milei se dio en decenas de municipios. Aislados en el piso dos Kicillof analizó los números junto a Massa, Máximo Kirchner, su asesor y amigo Carlos Bianco y el ministro de Relaciones con la Comunidad Andrés ‘Cuervo’ Larroque. La foto sobre el escenario, y la intimidad del búnker, mostró quiénes tenían la valentía de poner la cara en el peor momento del peronismo. ¿Serán la imagen de la reconstrucción de lo que viene? Tan abrumador fue el triunfo del libertario que pocos se atrevían anoche a pronosticar lo que sigue. Tan contundente que no alcanza a explicarse con los desaciertos del gobierno de Alberto Fernández. El triunfo de Massa el 22 de octubre fue una ilusión óptica. No pudo en el balotaje restarle a Milei los votos de Patricia Bullrich ni compensar en los distritos más amigables lo que perdió en la franja que desde Cuyo atraviesa el país hacia la Mesopotamia. El norte esta vez también castigó al peronismo. Anoche había más preguntas que respuestas. ¿El resultado es el fin del kirchnerismo? El voto en todo el país, incluso en el Conurbano bonaerense , ¿expresa el enojo con Cristina Kirchner y la obliga a su retiro? ¿La gestión de Axel Kicillof será refugio de ese sector? ¿Máximo Kirchner comandará la armada antimileista en el Congreso? Massa insistió en el tono y en las palabras con la necesidad de un acuerdo social y en defensa de todo lo que prometió en la campaña: educación, salud, apoyo a las pymes y a la industria nacional y al empleo. También avisó que terminó para él, en lo personal, una etapa política. En el “C” le gritaron fuerte que “no”. Habrá que ver si la militancia, que lo aceptó por pedido de Cristina Kirchner, lo seguirá bancando. Y si realmente él se quiere retirar o no. El esfuerzo que hizo en una campaña muy profesional lo habilita a sentarse en la mesa de los líderes del espacio con pocos sobrevivientes. Este año perdieron sus provincias varios gobernadores, y aunque ganó Kicillof quedó golpeado. La gestión en Buenos Aires será difícil con un presidente libertario, Massa dejó otro mensaje: pidió la renovación generacional del frente que integra desde el 2019. Y se tomó una pequeña revancha de las denuncias previas sobre supuesto fraude. “La Argentina tiene un sistema democrático fuerte, sólido, transparente y respeta siempre los resultados”, lanzó. Para despedirlo en el “C” se cantaron las estrofas sobre la dictadura: “A pesar de las balas de los fusilamientos los compañeros muertos no nos han vencido”. Y se gritó “presente” por los 30000 desaparecidos y como mensaje a la vicepresidenta electa Victoria Villarruel.
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