Ante un auditorio efusivo, Milei anunció que no hay lugar para el gradualismo: “Hoy comienza la reconstrucció

Javier Milei derrotó a Sergio Massa en la segunda vuelta electoral. De esta forma, gracias a haber conseguido el 55,7% de los votos, se convirtió en presidente electo y tendrá mandato hasta el 10 de diciembre de 2027.

Milei pasó de los estudios de televisión a una banca en el Congreso para saltar finalmente a la Casa Rosada. En solo dos años consiguió formar una fuerza política capaz de derrotar al extinto Juntos por el Cambio, que era la principal oposición, y también al peronismo gobernante. Una proeza sin precedentes que incluyó que uno de los 257 diputados nacionales sea electo presidente, algo que no había sucedido en estos 40 años de democracia ininterrumpida que tiene la Argentina.

Una hora y media después de que Massa hubiera reconocido la derrota, Milei salió a dar su discurso de triunfo. A diferencia de lo que ocurrió tanto en las primarias como en las generales, no estaba escoltado por los principales referentes de La Libertad Avanza, sino que estaba solo en el escenario. Debajo de él se encontraban sus compañeros de partido, varios de ellos candidatos el mes pasado. Pero había una novedad: se mezclaban allí varios dirigentes del PRO, que habían estado en otro búnker en octubre y que se mostraban casi igual de exultantes que los libertarios originales.

“Javier, ¿sos presidente sí o no?” se escuchó entre el público ni bien el economista salió a escena, en referencia a lo sucedido en el debate. “Parece que sí” respondió, y a partir de allí ensayó un discurso preparado en el que repitió varias de sus consignas. Aseguró que “hoy comienza la reconstrucción de la Argentina”. Auguró que terminará “el modelo empobrecedor” del actual gobierno gracias a que “volvemos a las ideas de la libertad, las de Alberdi, que hicieron grande este país”.

De cara al futuro, Milei buscó dar un mensaje de certidumbre. Sostuvo que tendrá “un gobierno limitado, que cumple con los compromisos que ha tomado”, y que respetará “la propiedad privada y el comercio libre”. Igualmente, también dio un mensaje de shock: sostuvo que no hay lugar “para el gradualismo ni la tibieza”, ya que “la situación es crítica”. De cara al Gobierno, le recordó que “tienen mandato, que se hagan cargo hasta el final”.

Mauricio Macri y Patricia Bullrich, figuras clave en el armado libertario en la recta final, se hicieron presentes en el búnker. El hotel Libertador, ubicado en el centro porteño, fue el escenario elegido al igual que en las primarias y las generales.

Pero no fueron los únicos dirigentes que venían del PRO que dieron el presente. También estuvieron Cristian Ritondo, Diego Santilli, Federico Pinedo, Luis Petri, Hernán Lombardi, Martín Yeza, Javier Iguacel, Alejandro Finocchiaro

A diferencia de las primarias y generales, Milei no fue escoltado por los referentes de La Libertad Avanza,

En el bunker del hotel Libertador hubo lugar para los empresarios, con Gerardo Werthein y Bettina Bulgheroni.

y Fernando Iglesias. También hubo lugar para el mundo empresario, con Gerardo Werthein y Bettina Bulgheroni entre el público.

Las presencias de estos dirigentes que venían de JXC generó sensaciones diversas entre los libertarios de pura cepa. Si bien fueron clave para el despegue posterior a las generales, para algunos fue un acercamiento a la casta, que ahora parece querer copar posiciones de poder.

La jornada en el búnker de LLA tuvo varios puntos destacados. Una vez que concluyó el horario de votación, comenzó a aumentar el optimismo. Ya alrededor de las 19 horas, cuando llegaban resultados de fiscales de todo el país, la tendencia de victoria parecía incontenible. Igualmente, nadie se animaba a festejar hasta ese momento, tal vez presos del bilardismo expresado por el líder. Pero lo llamativo fue que, después de que Massa reconoció la derrota, los festejos parecieron medidos entre los militantes.

“Hoy vamos a festejar. Pero mañana vamos a empezar a trabajar para traer las soluciones que el país necesita” avizoró Milei al final de su discurso. Las dudas sobre el futuro tienden a infinito. No solo en cuanto a sus políticas, sino que nadie arriesga nombres para los puestos principales que aún no se definieron, principalmente del ministro de Economía.